Todos amamos a los gatos y odiamos a los perros. Eso está claro desde el vamos. Nadie que diga que ama a los perros es un ser humano normal y racional.
Superado este punto en el que todos estamos de acuerdo les presento mi nueva teoría revolucionaria.
Desde que apareció Youtube, y con esto conocimos por primera vez la existencia de los gatos, todos cumplimos nuestro sueño de tener el propio, no sólo por la ternura, la compañía, la diversión, la belleza y la invitación a la reflexión que nos dan, sino también por lo limpios que son y por el poco cuidado que requieren.
Porque, vamos, quien quiere sacar a pasear al perro 3 veces por día en invierno y tener que levantar su mierda (si es que lo hacen). O sea, ¿quién es el dueño ahí, quién es el líder, lider lider, quién es el lider... LIDER? El perro claramente.
Al gato lo dejás ahí, le das comida, le das aguita, se limpia solo, caga y mea donde debe, le cambiás las piedras y ya. Él es feliz, yo soy feliz, todos somos felices.
Pero hay un punto donde el gato falla en su obsesión por la limpieza y donde se diferencia de nosotros, los humanos, como referencia de la superioridad y la supremacía elitista.
Y es cuando vomitan.
Los gatos vomitan en cualquier lado, cual borracho de 15 años que se tomó cinco tequilas pensando en que eso le daría el valor suficiente para hablar con esa chica que tanto le gusta desde hace meses y cree que sólo estando borracho le puede hablar, le dirá cosas inteligentes, se enamorarán, tendrán sexo por primera vez y será fantástico, pero termina todo en cualquiera, sin poder balbucear dos palabras juntas y al final se queda dormido en las escaleras del boliche bañado en su propio vómito (situación no autobiográfica en absoluto).
Ya en la adultez la gente bien vomita en inodoros. Ahora, me pregunto yo, por qué el puto gato no puede vomitar en su propio inodoro, o sea, en las piedritas. Todo sería más fantástico si hicieran eso, creo que ese es su único punto débil. Porque realmente tendría sentido que lo hagan, ahí cagan, ahí mean y bueno, que ahí vomiten. Nosotros hacemos lo mismo y somos un excelente ejemplo de todo lo que está bien en este mundo.
Pero bueno, salvo eso, los gatos son lo más y los perros son una mierda. Y se que esa frase tiene tanta verdad que no va a generar ninguna polémica ni discusión posible.