lunes, 12 de agosto de 2013

El Juramento Hipocrático me lo paso por las bolas

Y resulta que me volví adulto (y a la vez niño por tener este blog tan abandonado y triste, pero bueno, soy como los piojos en las bolas, siempre vuelvo). Decía, me volví recientemente un adulto tras conseguir por primera vez, y en mi primer intento claro, mi permiso de conducir.

Así es señoras, escondan a sus hijas porque soy conductor principiante. Y digo escondan porque si son muy chiquitas es posible que les pase por encima con el carro porque todavía no entiendo nada. Mis clases de conducir fueron como un parque de diversiones comparado al universo real de la calle. Es como comparar Disney World con el Sacoa de Florida y Lavalle. Más allá que está bueno salir a manejar, la calle es turbia y oscura, llena de gente que rompe todas y cada una de las reglas que me enseñaron en mi curso de educación vial.

Conseguir el permiso fue algo sencillo, demasiado quizás. Hasta casi te digo que me lo regalaron. No porque sea un bruto (más allá que le pifié un par de veces en el práctico) pero se lo dan a cualquiera.

En una primer jornada, hice el examen visual, auditivo, psicológico y físico, los cuales los puede aprobar hasta un pibe de 14 años con síndrome de brazos cruzados (esa enfermedad que se confunde la derecha con la izquierda). Para que se den una idea, el físico me preguntaron si estaba bien, si tomaba medicamentos, si alguna vez me pasó algo malito, me pidieron que estire los brazos y me dejaron seguir mi trámite con un apto físico excelente.

El examen teórico es otra cosa, más allá que es fácil algo hay que saber. Y el práctico te ayudan bastante como para que no lo desapruebes.

Ételeaqui el don de la cuestión. Uno va, aprende, hace un par de cosas y ya tiene su registro para salir a andar a la calle con su máquina de muerte y destrucción preferida. A mi me parece que antes de darle el registro a cualquier psicópata con banana, debería ser obligatorio hacer una especie de juramento hipocrático. En donde recontrarequete jures que no vas a romper las reglas de tránsito, vas a tener cuidado, te va a importar la seguridad vial y vas a prometer que no te vas a cambiar de carril sin poner el guiño... nunca!

Claro que viviendo en Tina eso nunca va a pasar. Y si pasase posiblemente nadie le de pelota luego, pero es un gesto. Hacer una jura ante Dios, el Papa Francisco, Tu vieja o tu blog favorito (o sea esta!). Creo que todo suma.


Aclaración del título: Durante el último año de mi secundaria, un compañero que estaba bastante de la gorra e iba a estudiar medicina llegó a decir la frase "El juramento hipocrático me lo paso por las bolas". Hoy en día es doctor. Así que tengan miedo. Mucho miedo.