jueves, 20 de septiembre de 2012

Reloj japonés

Como un reloj japonés, a un mes de mi última entrada que generó tanta controversia, vuelvo a aparecer en este espacio que me pertenece en su totalidad. Por lo menos hasta que blogger quiebre y todos los blogeros perdamos todos nuestros textos porque, claro, ninguno tenemos nada bakapeado. Por suerte en mi caso no tengo nada que valga la pena guardar, salvo mis posts en los que hacía mención del Safety Dace, pero eso ya quedó en mi pasado... pasado... we can dance... oh si.

A lo que iba, tras las repercusiones del último post tuve que desaparecer un tiempo ya que hubo algunos aprietes tanto de organizaciones de derechos de los animales como de asociaciones de pro-crear niños (que vendrían a ser lo mismo, nada más que uno te dura 16 años y el otro 70, a menos que se pegue un palo con la moto una noche que salió de joda re duro).

Para que quede claro, lo que quise decir es que no entiendo como la gente puede tener un perro, como así también, como puede tener hijos. No equiparé a los perros con los bebés, por más que me parecen lo mismo, ni quise decir que me importan por igual, aunque ninguno se destaca por encima del otro. Tampoco quise decir que me parecen máquinas de comer, cagar y molestar, aunque según varios estudios de universidades a las que nunca voy a ir afirmen que eso es lo único que hacen.

Finalizado este descargo, me auto doy la bienvenida nuevamente a mi blog, a ver si se activa sólo, o si vuelve a pasar otro mes sin novedades. Que bien todos sabemos que es lo más probable que pase.

Cambio y rafue

3 comentarios:

Eva Letzy dijo...

Su fan number one espera no tener que volver a esperar 30 días para que usted se digne a escribir alguna palabrita que leer y que me haga sonreír.
Dicho esto también le digo que me gusta que genere controversia, claro que sí! Si no el mundo es muuuuy aburrido...

Dur dijo...

mas claro hecharle agua! (o un meo porque creo que se pone turbia la cosa!)
un abrazo!

Martín dijo...

Peces. La solución es tener peces.
Necesitan mínimos cuidados, no hacen ruido, no generan olor y quedan bonito.

Después no diga que no le avisé.