En esta ocación somos una catapulta que debe derribar diferentes castillos y sus personajes de la alta nobleza. Un juego bien renacentista.
Simplemente apunten, calculen fuerza, y tiren como si se estuvieran cagando silenciosamente en un asensor en el cual viajás sólo con otra persona y cuando aparece el olor lo mirás mal como si fuese un desubicado total.
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