Devuelta después del accidente

Lluviosa era la noche. Fuertes vientos que golpeaban mi cara y el desafío parecía inmenso. Mi bicicleta me miraba aterrada, temía por su vida más que por la mía. Sabía que no tenía muchas más opciones, así que hice lo que tenía que hacer. Me fui de vacaciones al carnaval de gualeguaychu y la deje sola, triste y abandonada.





Y estuvo muy bueno, salvo por la parte de carnaval, que es re careta y te cobran 40 pesos para entrar al zamborombódromo. Pero como bien anarkopunks que somos, no entramos nada y caminamos por la calle tomando birra y fernet de litro. Luego, un breve y exitoso paso por el casino que nos dejó 100 pe, seguimos con Smirnoff con Speed para terminar en una alta fiesta en la playa. Noche bastante delirante y descontrolada si las hubo.


Después mucha playa, birra, sol, birra, mañaneros, birra, esconderse abajo de una palmera para escapar del sol mientras tomamos birra, birra, armar y desarmar las carpas para ir de un lado a otro con una birra en la mano, y birrita antes de subir al micro de vuelta. Fueron pocos días pero por suerte pasaron rápido y ya me libré de eso para volver a trabajar a la gran calurosa y húmeda ciudad. Que suerte que tengo.


Abandonado el blog, trataré de retomarlo de a pocos. Pronto habrá más novedades sobre el calentamiento global, la artrosis múltiple y los calzoncillos de Silvio Soldan.



Chau.







PD: el accidente fue porque en un mismo día me sangró la nariz, se me hinchó el ojo, me quemé la piel con el sol y me quedé afónico después de la primer noche de juega. No se si se nota: