Así es, este pequeño y peludo alemán en shorts va a ir a la cancha mañana a agitar al milloná, o al millo, o al milo... no se bien como le dice a River, pero es así. Mañana juega River-Estudiantes y arreglé con dos amigos para ir. No tuvieron que convencerme mucho, la sola experiencia a nivel sociológico de ir a la cancha ya me divierte mucho (neeeeeeeeerd).
Aclaro que no es la primera vez que voy... si en muchos años... quizás mas de 10...
Pero es así, iré a insultar al árbitro, a gritarles a los jugadores que pongan "huevo" (frase que supongo que alega a algún tipo de colesterol) y a comer esas clásicas hamburguesas en la cancha que tan famosas son. Supongo que tendrán un buen servicio de catering ahí en la tribuna. Lo que no entiendo es donde se come, habrá algún comedor o restorán imagino.
Por lo pronto hoy fui a comprar las entradas y ya fue toda una experiencia. Tenía miedo que los verdaderos hinchas se den cuenta que no soy el gran fanático que dije ser y noten que soy un judío nerd que no sabe lo que es el fútbol y me corran a los botellazos y a los tiros. Pero realmente pasó todo lo contrario.
Demasiado contrario.
Cuando llegué a las boleterías estaban esos borrachos del tablón, que no se si estaban borrachos porque era temprano, pero la agitaban a pleno. Tuve que pasar por ahí y me agarraron para saltar y cantar las canciones del millo. Como no quería que se den cuenta de mi infiltración, salté y canté (tampoco son tan difíciles las canciones... vamos vamos millonario, que la vuelta vamos a dar... etc). El problema fue el calor. O sea, no sólo el calor, sino el calor abrazado y saltando junto a 20 hinchas sudados y olorosos. Así que a la segunda canción me hice el boludo y me fui a la boletería, todo lleno de sudor de otros.
Lo malo es que no conseguí para popular, que era lo más divertido de la excursión de mañana, así que nos iremos a la platea Sarmiento, cosa que no se si es buena o mala.
Rápidamente, con las entradas en la mano, sali del recito para evitar que la hinchada me agarre de nuevo para seguir cantando y me despedí al grito de "mañana les rompemos el culo a los putos de Avellaneda". Después entendí por qué me miraron tan mal cuando dije eso.
Espero que mañana no nos corran a los tiros y botellazos.