viernes, 7 de marzo de 2008

Yo no quiero volverme tan viejo




No tengo problema con mojarme cuando llueve.
No tengo problema en correr entre los techos de los edificios para evitar las grandes gotas.
Tampoco me molesta pisar baldosas flojas y mojarme el pantalón y los pies con sandalias puestas.


Pero cuando llueve, ¡la puta que te parió con tu paraguitas de mierda!



Siempre que llueve pienso que la gente debería tener licencia para usar paraguas. Es realmente peligroso. Casi tanto como darle un carnet de conducir a un pirata*. De hecho, yo, que casi nunca lo uso, me considero un excelente conductor de paraguas. La tengo súper clara, pero tipo mal (como cuando mal es bien, ustedes saben). Lo sé usar a la perfección, esquivo a todos con una precisión quirúrgica que cualquier cirujano manco envidiaría. Arriba, abajo, esquivando al oficial, ¡poniéndolo en diagonal para pasar entre otros dos paraguas! ¡¡¡Ole!!! (aplausos).
Y desde ya que si tengo paraguas jamás voy por debajo de los techitos, ese lugar es para los que no lo tienen, ¿entiende señora?
Aunque debo admitir que si hay algo que realmente me cuesta es cerrarlos. Entre que algunos son muy duros y que tengo miedo de sacarme un dedo, siempre termino pareciendo un tarado al momento de guardarlo. Aunque lo mismo me pasa con las reposeras. Malditas armas mortales cortadoras de dedos.

Hay que admitir que el paraguas es un invento muy práctico. Reduce en gran medida la cantidad de agua en tus ropas. Pero la posibilidad de perder un ojo por culpa de un despistado son realmente altas. Sobre todo si es una vieja.
Además, hay cada paraguas... Están esos rotosos, destartalados, que tienen las puntas peladas, así sin tela. Esos son literalmente una vara de metal puntiaguda que cual Tiger Woods y su hoyo en uno, apuntan directa y mortalmente hacia tu ojo derecho. Sobre todo si lo maneja una vieja.
Otra cosa que veo es que no hay solidaridad de los usuarios. Por ejemplo estaría bueno que mientras esperás a que cambie el semáforo para cruzar, alguien te deje meterte bajo su paraguas. Las veces que lo intenté sin pedir permiso no quedó otra que morarme tras la fulminante mirada de su dueño. Sobre todo si era una vieja. Y eso que hay gente que usa sombrillas en vez de paraguas. Sos son los más angurrientos.

Lo que sí, esa una buena técnica para conquistar a una dama, ofrecer compartir el paraguas. Sobre todo si es una vieja.


* Imagínense conduciendo a alguien con un parche, una pata de palo y una cotorra al hombro pidiendo galletas todo el tiempo, sería imposible que no atropelle a unos cuantos malabaristas en su camino a casa luego de haber saqueado un par de barcos.

3 comentarios:

el pony dijo...

Ja ja yo también analicé el uso del paraguas, pero a diferencia tuya me admito como una pésima conductora de paraguas. Sin embargo las observaicones son muy parecidas!!!! Saludos. http://elponyextremo.blogspot.com/2008/03/pequeos-inconvenientes.html

Anónimo dijo...

hola, como te va. que cosa que me hace reir que tenemos los mismos binoculares vos y yo. los putos paraguas. armas mortales y conducidos por gente poco solidaria. yo creo que los paraguas dan aveces si uno anda solo en la cuidad , que vendria a ser algo asi como pasear en nave. ´pero sino jamas. mojarse es juvenil.
saludos y gracias por publicar factores comunes
Saskia

Al dijo...

Varias cosas...
a) me declaro EXACTAMENTE igual que vos. Uso poco paraguas, pero cuando lo hago, soy un Maradona del paraguas
b) lo de ofrecerle a una minita en la calle... me robaste la idea o se te ocurrió a vos solo?? Porque posta, debe ser infalible